Esta bebida tradicional asiática es, desde tiempos inmemoriales, famosa por sus virtudes terapéuticas. Los chinos fueron los responsables de su descubrimiento, motivo por el que la mayoría de variedades de esta infusión proceden del país. La primera referencia a sus beneficios nutricionales data del año 2737 a.C., cuando solo la Dinastía Ming era merecedora de su consumo.
En términos generales, el té verde procede de las hojas de la planta Camellia sinensis que, a diferencia del té negro, no han sufrido una oxidación durante su procesado. En cuanto a sus propiedades a favor de nuestra salud, este elixir "milagroso" es portador de antioxidantes naturales, proteínas, aminoácidos, vitaminas B y C, minerales y polisacáridos, entre otras sustancias. Bajo esta premisa, ¿qué poderes se le atribuyen al té verde desde su consagración?
Aunque la propiedad más extendida del té verde sea su efecto diurético, que facilita la pérdida de peso y la quema de grasas, el alcance de dicha infusión en el organismo es mucho más interesante.