Los dos más comunes son el ajo granulado y en polvo, que son muy utilizados en la cocina; la principal diferencia entre estos dos tipos de ajos es su textura, si bien ambos tipos están deshidratados, el polvo de ajo tiene una consistencia más fina, mucho más parecida a la harina o a la sal refinada, mientras que el ajo granulado es más grueso, más parecido al chile picado.
Las ventajas del ajo granulado es que al ser usado tiene menos probabilidades de agruparse, en comparación con la versión en polvo, es muy común para ser usado en aderezos para ensaladas, en salsas y sopas porque se pueden combinar mejor con líquidos y semisólidos, como las cremas; de igual manera es la mejor opción para los aderezos de especias porque se suele mezclar con más uniformidad con otras especias, y se considera el sustituto más adecuado para el ajo fresco.